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El blog del Celador del Clínico.

20 años no son nada

Hoy se cumplen 20 años de mi incorporación al Clínico, al coger la plaza.

Me acuerdo perfectamente del día. Había llovido y nevado por los alrededores de Granada y no me pude resistir a salir a correr por el monte para pisar nieve.

Al adentrarme en la cuesta del contadero por encima de los Rebites me encontré un toro de lidia, un colorao ojo perdiz, que se había desorientado y bajado de donde normalmente pastan.

Al verme salió huyendo monte arriba; yo iba abrigado con un chubasquero rojo, guantes rojos, y cinta reflectante. Para pasar desapercibido. En un momento dado pensó que ya estaba bien de tanto huir, que el poderío lo tenía él y no yo. Y se dio la vuelta para embestirme; ¡Madre mía!, lo único que veía era la imponente cara del toro con sus cuernos, como si ocupara toda la pantalla de un cine.

En décimas de segundo, pensé que lo mejor era echarme hacia el barranco, pasara lo que pasara, por que correr en contra era una tragedia asegurada.

Por fortuna me cogí a unas aulagas al borde del precipicio y el toro pasó por encima de mí con un estruendo tremendo, o sería mi canguelo, sin tocarme.

Aproveché el desconcierto y corrí por la cuesta de los enmallaos como nunca en mi vida he subido una pendiente, sin duda el miedo te da alas no el Red Bull. Ya fuera de peligro a distancia y en lo alto del monte pude ver al ojo de perdiz, guapo sin duda, salir a trompicones y más calmado. 

Horas más tarde me enfrenté a lo que sería mi lugar de trabajo desde entonces. Aquí me encontré con otra clase de lidia menos noble, más rastrera. Pero también con gente buena, buena gente. La fama del clínico no era favorable a sentirse a gusto, pero con el tiempo la verdad, es que no lo cambio por otro hospital, si es verdad que la infraestructura es obsoleta e insufrible, pero los edificios no tienen la culpa, la tenemos nosotros. El consabido factor humano para lo bueno y para lo malo es lo que hace que uno se sienta bien o no, creo que la estructura del hospital es mas benévola que algunos jefes o directivos, pero eso es fácil torearlo, aunque no sean ojo perdiz.

“con la frente marchita, las nieves del tiempo platearon mi sien...Sentir...que es un soplo la vida, que veinte años no es nada,”

Si, la frente mas que marchita, casi infinita, que le vamos a hacer.

Si, se han plateado mis sienes y otras partes, (pero como dicen el refrán y yo mas veces de la cuenta: ”arriba canas y abajo ganas”, que le vamos a hacer.

Si, es un soplo la vida, mirando hacia atrás la vida pasa mas rápido de la cuenta y ya solo pensamos en que la cuesta es hacia abajo, hasta la jubilación, por cierto la aplicación que he hecho en Excel me dice que me quedan 4258 días para jubilarme, ahí es nada. También llegará, que por cierto no es poco hoy en día.

Por cierto la letra del tango también dice: “que febril la mirada…”, ni que decir tiene que sois vosotras, mujeres del clínico las que provocáis esas miradas furtivas de algunos de nosotros, que como decía Pepe Rojas, “todas tienen algo que llama la atención”, por que hay por ahí algunos ojillos que nos quitan el hipo y nos provocan un suspiro, y es que él siempre tenia y tiene una atención para cada una, por eso mi homenaje a él, que sabe porqué.

En fin que me enrollo y no acabo, que en el fondo me alegro de acabar en el clínico ya sea en el viejo o en el nuevo y me alegro de tener a los compañeros/as que tengo de todos los estamentos y de todas las condiciones.

Besosabrazosachuchonesparaellas saludos al resto.

PD. El toro no se me olvida a pesar de los años.

http://www.youtube.com/watch?v=ffRaOrgkNtk

Juan Antonio

2 comentarios

Inma Lopez -

Se me ha olvidado completamente,y es cierto dos decenios ya,como pasa el tiempo.

Germán -

Como dice nuestra compañera Inma,Juan Antonio te equivocates de profesión púes eres todo un "POETA",un saludo compañero.